En realidad, solo se necesita consciencia, cierta lentitud y la capacidad de reconocer y disfrutar el presente. Se trata de vivir; el estado de felicidad suprema cuando el cuerpo humano se relaja y adopta un estilo de vida conscientemente relajado. Ya sea en lo cotidiano o en lo extraordinario, el pomalo siempre es especial y siempre es lento. Y es fácil en la isla croata de Vis, un oasis de belleza natural invisible, donde el pomalo define el ritmo de la vida costera de los dálmatas. Es la palabra que oirás resonar melódicamente por las calles; la banda sonora de la isla. Aquí, realmente pierdes la noción del tiempo, caminas despacio a la sombra, actúas despacio e incluso piensas y hablas despacio... De hecho, aquí, el pomalo es sinónimo de la vida misma. Pronto lo verás. Pomalo, pero seguro.
Tal vez Pomalo se parezca un poco a una pausa para tomar un café de dos horas en un puerto cinematográfico rodeado de tabernas, o a una cena de tres horas con un fondo de aguas dolorosamente claras y una mesa llena de platos de mariscos con influencia italiana; una mano levantada, una sonrisa entrañable o un gesto de la cabeza al pasar junto a amigos en la calle; un último adiós al salir de un bar junto a la playa bajo el resplandor del atardecer.
Podría ser el intercambio cuando se cruzan caminos de camino a los campos y viñedos; o un saludo fugaz al volver a casa del mercado cargados con la pesca fresca del día; tal vez la primera palabra al encontrarse a la sombra de las palmeras para ver los barcos regresar al atardecer a la boca irregular de los edificios de color blanco crema que caracterizan el puerto. Podría ser la eterna ociosidad de las vacaciones de verano; pasear por antiguas calles de piedra y detenerse ante casas deterioradas por el tiempo, viendo cómo la magia del pasado las ilumina; o viajes descalzos a playas vacías, calas escondidas y costas de guijarros perfectos. Podría ser habitaciones de hotel en agosto con sábanas enredadas; admirar el alero de los balcones, los tendederos y los pequeños embarcaderos; o deambular entre las paredes de palacios en ruinas. Incluso podría ser la simple respuesta a la pregunta, "¿cómo va la vida?".
Una de las playas más impresionantes de Croacia, Europa e incluso del mundo, es la playa de Pritišćina, con la playa de Mala Pritišćina justo enfrente. Esta diminuta ensenada es tan pequeña que apenas caben dos personas y solo se puede llegar en barco o nadando un poco. Pero por suerte, a pesar de la prisa por llegar, sigue siendo tan poco conocida que suele estar vacía. Con probablemente los colores más hermosos del océano Adriático, y en combinación con los acantilados, ofrece un paisaje inolvidable, de esos que deberías planear para sumergirte en él todo el día. Claro que solo estarás allí una hora aproximadamente; no lo habrás hecho como los dálmatas, al estilo pomalo.
¿Qué tal la vida? ¿Ya es más Pomalo? Quizás un poco más lenta de lo que estás acostumbrado. Sin estrés, es hora de cambiar el ritmo acelerado; mejora tu nivel de lentitud. La vida Pomalo está por llegar.
